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Afirmación y opinión

Cuando se concede nuestro asentimiento y compromiso a la validez de un enunciado admitiendo la posibilidad del error o, lo que es lo mismo, la posibilidad de la verdad del enunciado contradictorio, entonces se produce la opinión.

La opinión puede considerarse también como afirmación débil, aunque no siempre tenemos conciencia clara de la distinción y opinamos con la fuerza de la afirmación.

[editar]Afirmación y decisión

A veces suele utilizarse el término afirmación para significar la adhesión de la voluntad a un enunciado entendido como propuesta de acción. Se trata entonces de una decisión o acto de apoyo, como es el caso de una votación.

Se confunde así la cualidad del resultado (decidir hacer esto o lo otro o no hacer nada; el voto afirmativo o negativo) con el acto de pronunciamiento, que habría de entenderse como “afirmarse” o “reafirmarse” pues la decisión, o el voto, se supone está fundado o justificado en un conocimiento previo considerado como válido respecto al fin que pretende la decisión.4

[editar]Afirmativo y negativo

No debe confundirse la afirmación como acto de reconocimiento de una verdad enunciada, con el hecho de que dicho enunciado sea gramaticalmente afirmativo o negativo. Una negación5 sigue siendo, bajo el punto de vista lógico, una afirmación.

La afirmación puede ser enunciada tanto afirmativamente como negativamente.

Afirmación con enunciado afirmativoTodos los pájaros vuelan

Afirmación con enunciado negativoLos pájaros no son mamíferos

La confusión proviene del modo de entender la unidad de afirmación lógica bajo el punto de vista gramatical.

La filosofía tradicional basada en la lógica aristotélica y el silogismo, entendía que la unidad de afirmación lógica como manifestación de la verdad del conocimiento era el juicio categórico, entendido éste como la atribución de un predicado a un sujeto. Dicha atribución ofrecía dos posibles formas cualitativas: Unión del sujeto con el predicado (juicio afirmativo) o separación del sujeto y el predicado (juicio negativo). Aristóteles pensaba que el juicio verdadero representa adecuadamente la realidad.

Pero conocer la no-unión del predicado con el sujeto sólo es posible como consecuencia lógica derivada de una verdad previamente conocida.6 No se podría afirmar "Antonio es un no-caballo", si previamente no hemos conocido que "Antonio es un hombre". ¿Qué es un "no-caballo"? Así lo entendió Aristóteles.

¿Cómo conocer la realidad de un juicio negativo? ¿Cómo conocer lo que no-es?

Lingüísticamente se oculta dicho problema negando el verbo en lugar del predicado. En lugar de afirmar "S es no-P" se expresa "S no es P". Convirtiendo la afirmación de un juicio negativo (S esno-P) en un enunciado gramatical en forma de negación (S no es P). Pero eso no es hacer una atribución como predicado sino aplicar la extensión de un concepto como clase, tal como se ha venido a interpretar actualmente la lógica aristotélica.

La negación en la lógica actual se considera una función u operador lógico definido como regla que cambia el valor de verdad de la proposición.

La lógica actual considera que la unidad de afirmación lógica es la proposición en su cualidad de poder ser verdadera o falsa con independencia de su expresión afirmativa o negativa. Y su verdad se justifica de dos formas:

Como validez lógica formal o tautología, cuya garantía de verdad reside en la consistencia o no consistencia de la proposición dentro de un sistema lógico o teoría en que se formula lingüísticamente la proposición. Es decir siempre que la expresión lingüística del contenido del modelo sea fiel a la forma lógica de un teorema del sistema.7 Como validez epistemológica que depende del contenido semántico y actúa como metalenguaje respecto al sistema lingüístico en el que se exprese como afirmación. El criterio de validez, en estos casos, es variable. El criterio de la ciencia es el mejor fundamento de la afirmación de un conocimiento válido en su dimensión representativa como contenido de realidad; sin excluir otros criterios de validez en situaciones diferentes.8

La verdad de una proposición y su afirmación como expresión de verdad semántica, Alfred Tarski, en un enunciado, no se identifica exactamente con el juicio aristotélico y tampoco con elenunciado lingüístico.