En primer lugar es necesario conceptualizar tanto la
identidad nacional como el patrimonio nacional para comprender su vinculación.
En consecuencia, la identidad nacional trata del sentido de pertenencia que
crean los ciudadanos con el país en donde hacen vida, esto comprende un
conjunto de elementos que estimulan el orgullo por la nación, por
ejemplo las costumbres o tradiciones, e incluso la gastronomía.
Por su parte, los patrimonios nacionales son aquellos bienes
materiales e inmateriales de la nación y que constituyen la identidad nacional,
es decir, que la identidad nacional se conforma en cierta parte por los bienes
del país, de allí su vinculación con ésta.
Los patrimonios de
una nación pueden ser naturales; ríos o montañas, históricos; todo aquello que dignifique
o que haya sido trascendental en la historia de la nación y también pueden ser
culturales; aquella herencia cultural transmitida de generación en generación o
algún bien cultural.