Respuesta :

Cuando vengo al cole por la mañana
espero impaciente que empiece tu clase,
pues eres un maestro ejemplar
y muy enrollado a la vez.

Eres inteligente, justo y cercano
y nos ayudas mucho a todos;
si yo tuviera que darte una nota
¡sin duda te pondría un diez!.







Gracias, maestro
por ser un ejemplo para mí.

Cuando pienso en todo lo que me has enseñado
y me veo en tu reflejo,
quiero ser como tú:
inteligente, interesante y comprometido
positivo, confiable y modesto,
yo quiero ser como tú.

Informado y fácil de entender
pensando con la mente pero también con tu corazón,
motivándonos para sacar lo mejor de nosotros
con sensibilidad y devoción:
quiero ser como tú.

Dándonos tu tiempo, energía y talento
para asegurar que el más brillante de los futuros
nos es ofrecido a cada uno de nosotros.

Gracias maestro,
por darme un objetivo en la vida por el que luchar:
¡Yo quiero ser como tú!.



Cada maestra de nuestro planeta
es mujer valerosa y aguerrida, 
ellas hacen la patria más completa,
ellas son luz y amor para la vida.

Ser maestro es misión de gente noble, 
es ser un portador de la alegría,
sembrador de valores en los hombres,
buscador de la paz todos los días.

Como Jesús allá en la Galilea
tu palabra, maestro, centellea
aniquilando al miedo y la ignorancia.

Tu palabra, maestro, es una tea
partera del saber y de la idea
que muéstranos caminos de esperanzas.