Una de las millones de anécdotas que adornan la vida de Gabo fue cuando conoció a Hemingway en 1957 en el París lluvioso iba cruzando una calle Gabo por miedo a hablarle con su inglés mediocre prefierió gritarle "Maestro" a lo que Hemingway le respondió también gritando y sin siquiera conocerlo "adióooooos, amigo"
Gabriel García Márquez pensaba que las ideas son como el vino, mejoran con el tiempo, por eso tardó 18 años en hacer Cien años de soledad, 17 para El otoño del patriarca y 30 para Crónica de una muerte anunciada
Descubrió que iba ser escritor leyendo "La metamorfosis" de Kafka
"Yo no sabía que esto era posible hacerlo, pero si es así, escribir me interesa", decía.
Gabo acepta ser muy supersticioso, siempre necesita tener una flor amarilla en su mesa de trabajo, según él porque le da muy buena suerte piensa que los caracoles detrás de la puerta, los pavos reales, las flores de plástico, el frac le dan muy mala suerte.
Nunca usa el adverbio "mente" cuando escribe como en el ejemplo: él estaba locamente enamorado de Constanza
En la increìble y triste historia de la càndida Erèndira
el nombre de la protagonista es el mismo que Garcia Marquez utiliza en otro libro llamado Eréndira en estos no se observa intertextualidad, ya que son historias completamente distintas.
