La
condición para que el producto de dos matrices sea cero es que éstas sean
ortogonales entre sí, siempre y cuando estas matrices cumplan las condiciones
para poder multiplicarse.
La
multiplicación de matrices debe cumplir con la condición de que, teniendo dos
matrices n x m y c x d, el número m de columnas de la primera matriz, debe
coincidir con el número c de filas de la segunda, teniendo como resultados
matrices de dimensiones n x d.
Las
matrices ortogonales, darán como resultados, al ser multiplicadas, una matriz
nula. Un caso particular es el de la propia matriz nula, que al ser
multiplicada por cualquier otra (que cumpla las condiciones para ser
multiplicada), resultará en otra matriz nula, aunque no necesariamente de las
mismas dimensiones de la original.