Respuesta :

Al igual que en todos lados, el Estado no puede cubrir todos sus gastos de funcionamiento que requiere ni construir lo que desea tener (caminos, plantas de energía, hospitales nuevos, etc), con lo cual tiene deficit o simplemente no le alcanza para adquerir lo que necesita. Entonces salé a las bancas internacionales a pedir plata.
Este dinero prestado tiene intereses y una modalidad de pago diferente al que puede acceder una persona. En los cotidianos las personas pagan intereses y deuda a la vez hasta cancelar la suma, incluso puede adelantar ahorrando dinero. En el caso de las naciones primero deben pagar cuotas del interes, y cuando terminan devuelven en efectivo el dinero que recibieron. El problema es que llegada esta instancia, muchas veces los paises no tienen suficiente dinero y piden NUEVAMENTE deuda, pero esta vez para pagar la deuda y/o sus intereses. En el medio tenés que sumar la corrupción y los financistas que manejan las relaciones finacieras internacionales.
La deuda externa de América Latina: origen, evolución y alternativas de solución Por: Alberto Acosta 1 "Y las letanías de las instrucciones de la abuela a Eréndira para poner en orden la carpa: hervir la infusión del agua, lavar la muda sucia de los indios para tener algo más que descontarles, planchar toda la ropa para dormir con la conciencia tranquila, dormir despacio para no cansarse, poner su alimento al avestruz, prender las velas y regar las tumbas, son muy parecidas -en circunstancias diferentes- a la retahíla del Fondo Monetario Internacional para poner en orden la economía: suprimir el déficit fiscal, rebajar los salarios reales y disminuir las importaciones, para tener algo más que descontar; aumentar las exportaciones para poder pagar más a los bancos acreedores; crecer despacio para no cansarse y, sobre todo, pagar toda la deuda para dormir con la conciencia tranquila". Alfredo Eric Calcagno, 1988. EL RENACIMIENTO DE LA DEUDA EXTERNA Hasta hace poco, en muchos países de América Latina se creía firmemente que el problema de la deuda externa había sido resuelto. Si bien la deuda no había desaparecido, al menos había pasado a un segundo plano. Y dentro de este espíritu optimista se hablaba incluso del fin de la crisis económica, en la medida que la región, entre 1990 a 1994, experimentó una expansión de sus economías y una reducción de la inflación, en medio de un extraordinario reflujo de capitales. Uno de sus principales argumentos para sostener que se había producido un distencionamiento en el problema de la deuda, fue exactamente la reversión del flujo de recursos financieros. Desde 1990, durante cuatro años consecutivos la región, que había sido exportadora neta de dólares en los años ochenta, registró un considerable ingreso neto de capitales. De esta manera, la CEPAL, ya en 1992, se apresuró a anticipar que "de continuar y generalizarse esta tendencia entre los países de la región, se superaría un elemento central de la crisis de la deuda: el paralizante peso de las transferencias netas negativas y su efecto adverso sobre el desarrollo regional". Por otro lado, la regularización del servicio de la deuda en casi todos los países de la región sirvió para ratificar esta apreciación. A partir de 1992, la mayoría de países en mora comenzó a encontrar formas para regularizar el servicio de su deuda y con ello se revirtió el proceso de amplia acumulación de atrasos. Esta situación se consolidó, en especial, a partir de las renegociaciones logradas en el marco del Plan Brady. La CEPAL esgrimía como otro elemento probatorio de la tesis central, de que habíamos llegado al fin de la crisis de la deuda, el hecho de que desde principios de la década de los noventa siguieron atenuándose progresivamente los indicadores del peso de la deuda