EGIPTO
Localización imperio egipcio:
El Antiguo Egipto fue una civilización que se originó a lo largo del
cauce medio y bajo del río Nilo, y que alcanzó tres épocas de esplendor
faraónico en los periodos denominados: Imperio Antiguo, Imperio Medio, e
Imperio Nuevo.
Alcanzaba desde el delta del Nilo en el norte, hasta Elefantina, en la
primera catarata del Nilo, en el sur, llegando a tener influencia desde
el Éufrates hasta Jebel Barkal, en la cuarta catarata del Nilo, en
épocas de máxima expansión. Su territorio también abarcó, en distintos
periodos, el desierto oriental y la línea costera del mar Rojo, la
península del Sinaí, y un gran territorio occidental dominando los
dispersos oasis. Históricamente, fue dividido en Alto y Bajo Egipto, al
sur y al norte respectivamente.
La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3000 años. Comenzó
con la unificación de varias ciudades del valle del Nilo, alrededor del
3150 a. C., y se da convencionalmente por terminado en el 31 a. C.,
cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, que
desaparece como estado.
Organización política y social:
La organización sociopolítica del pueblo egipcio obedeció a la relación
primaria que, desde un principio, se estableció entre la dimensión
religiosa y el aspecto económico de la subsistencia básica: nos
referimos a la divinización del Nilo como fuente primordial de sustento.
Este esquema mental prefigura como una forma de mando en la que es un solo individuo el que
reúne en sí los poderes político, judicial y administrativo, así como la
autoridad religiosa. De aquí que fuera el faraón ("Gran Casa") quien
ocupara el puesto supremo en el gobierno, en la escala social, en la
jerarquía sacerdotal y que, además, fuera venerado como una divinidad,
siendo este último aspecto de gran relevancia.
Eje de todas las actividades y revestido de poder absoluto, el faraón y
su familia se destacaban claramente respecto de los demás hombres. La
rígida división de clases egipcia obedecía, también, a la necesidad de
organizar y controlar, hasta en sus más mínimos detalles, la vida de los
súbditos de un imperio tan vasto. Por debajo del faraón y la familia
real, la influyente clase sacerdotal desempeñó un papel decisivo en los
acontecimientos que constituyen la historia de Egipto. En el siguiente
peldaño social hallamos la clase de los funcionarios o cuerpo
administrativo, integrada por nobles que contaban con amplios
privilegios e influían, como los sacerdotes, poderosamente en el faraón.
Dentro de este sector, los escribas se señalaban como figuras claves
del imperio, ya que en sus manos -provistas con cálamos para escribir,
tintas y papiros- estaba la tarea de consignar por escrito leyes y
edictos imperiales, informes
administrativos, actividades comerciales y textos sagrados.
Venía en seguida la clase de los soldados profesionales, en tanto que
comerciantes y artesanos constituían el quinto estrato de la jerarquía
social egipcia. Los comerciantes, sobre todo, se destacaban como
elementos de valor inapreciable dentro de un imperio rico y próspero, ya
que mediante sus actividades de importación y exportación de mercancías
eran quienes, en gran parte contribuían a mantener la supremacía
egipcia. Los campesinos formaban la sexta clase social, y es fácil
reconocer su importancia teniendo presente que Egipto era un país
fundamentalmente agrícola.
La Religión:
La historia de Egipto es una versión religiosa, politeísta.
El egipcio divinizó las fuerzas de la naturaleza, por esta razón todos
sus dioses reunían características humanas y animales. El ciclo anual de
inundaciones y fertilización de la tierra que produce el Nilo fue La
Religión elemento central en sus creencias. En los últimos periodos,
hasta la economía estuvo organizada alrededor de los templos.
En Egipto, la religión se divide claramente en la oficial del estado, de
la que conocemos muchos detalles (la esfera funeraria, que también esta
bien representada) y las practicas cotidianas, de la mayoría de la
población que se alejaban notablemente el culto oficial.
La religión oficial tenía como figura central al Sol o astro rey,
denominado Ra, Horus o Amón. El faraón (en teoría) se preocupaba de los
dioses y cuidaba sus imágenes culticas; porque los que realmente se
preocupaban de ellos eran los sacerdotes. Los dioses, por su parte,
establecían su residencia en las imágenes y mostraban su favor al faraón
y, por la humanidad.