Segundo viaje
El segundo viaje ya fue una expedición con fines colonizadores. Trece meses después de la primera partida hacia lo ignoto, salía de Cádiz la nueva expedición, compuesta de cerca de 1500 hombres y dotada de toda clase de especialistas. En los diecisiete barcos de esta nueva armada, de mucha más envergadura que la primera compuesta de 3 solamente, no sólo se embarcaron víveres y pertrechos militares, sino que también una cantidad de animales domésticos, semillas, plantas, instrumentos de labranza y mil baratijas destinadas al intercambio con los habitantes del nuevo mundo. La flota partió el 25 de setiembre de 1493 con al Maringalante, en la cual viajaba Colón. Llegaron a las Canarias y luego comenzaron la labor colonizadora.
Numerosos problemas se suscitaron en torno a las insurrecciones indígenas, que estallaban de vez en cuando. En las expediciones no se encontró un solo gramo de oro, y las malas lenguas empezaron a tildar a Colón como un impostor, ya que seguían afirmando que había desembarcado en las costas asiáticas y no en las de un continente nuevo.