Soluciones diluidas
Son aquellas que poseen una
cantidad muy pequeña de soluto, de modo que el solvente supera por mucho la
cantidad del anterior.
Ejemplo: Si a un vaso de agua agregamos una cucharada de azúcar
(15 mL) y lo mezclamos constantemente en 1L de agua, obtendremos una solución
diluida, ya que las partículas del azúcar se diluiran y su proporción será muy
pequeña respecto a la del solvente que es el agua.
Soluciones concentradas
Se identifican por sus grandes cantidades de soluto
mezcladas en el solvente. Pueden ser saturadas (aquellas que alcanzan su punto
máximo de solubilidad y son prácticamente isotónicas) o sobresaturadas (donde
la cantidad de soluto supera a la del solvente).
Ejemplo: Si a un recipiente le
agregamos 50 mL de agua y le agregamos seis cucharadas (90 mg) de azúcar
obtendremos una solución concentrada, y sobresaturada además, ya que la azucar
no se va a diluir.