La rotación de la Tierra induce una fuerza, llamada fuerza de Coriolis, que desvía los vientos hacia la derecha en el hemisferio Norte y hacia la izquierda en el Sur.
De este modo, cuando una zona de bajas presiones comienza a formarse al norte del Ecuador, los vientos de superficie convergen hacia el centro de esta zona tratando de coparlo.
Estos vientos se desvían hacia la derecha y la rotación comienza en el sentido inverso de las agujas de un reloj.
Lo contrario, o sea, una desviación a la izquierda, se produce cuando esto ocurre al sur del Ecuador.
Esta fuerza es demasiado débil para desencadenar por sí misma cualquier rotación. Por ejemplo, si el agua que desciende por el sifón de un fregadero o lavamanos rota hacia la izquierda o derecha estará determinado por la geometría del recipiente y por el movimiento inicial del líquido.
Tomando como base lo anterior, en un mismo hemisferio podemos encontrar los dos movimientos de rotación en un fregadero o similar.
Si usted no lo cree, haga el experimento.
Llene el lavamanos o bañadera, y cuando quite el tapón, imprímale al agua que se escapa un movimiento a la derecha o a la izquierda. Según su elección, esta se escapará en sentido de las manecillas del reloj o a la inversa.
LA FUERZA DE CORIOLIS
Según conversación sobre este tema, el doctor José Rubiera, nuestro meteorólogo mayor, nos informó que el enunciado del francés Gaspard
Gustave de Coriolis (1792-1843) explica que en la escala de huracanes y grandes tormentas de latitudes medias existe una fuerza que hace que el aire gire alrededor de un centro de baja presión en una dirección ciclónica.
En verdad, el término ciclónico no sólo significa que el fluido (aire o agua) rota en la misma dirección que lo hace la Tierra debajo suyo, sino también que la rotación del fluido se debe a la rotación de la Tierra.
En ambos hemisferios, esta rotación es considerada ciclónica. Si la Tierra no girase, el aire fluiría directamente hacia el centro de baja presión, pero en una Tierra que gira, el efecto Coriolis hace que el aire se desvíe y se traslade alrededor del centro de baja presión.
Al girar el planeta alrededor de su eje (movimiento de rotación), aparece la fuerza desviadora de Coriolis, que afecta la dirección, no a la velocidad, y tiene una acción mayor cuanto mayor sea la velocidad y, por último, es nula en el Ecuador.
Los efectos de la rotación de la Tierra son de gran importancia en el estudio de los sistemas de vientos y de las corrientes marinas.
La acción del efecto Coriolis está enunciada en la ley de Ferrel, que dice que una masa de aire que se desplace horizontalmente en el hemisferio Norte tenderá a desplazarse hacia la derecha de la trayectoria de su movimiento, independientemente del ámbito de dirección de éste.
Afortunadamente, el efecto de Coriolis resulta inapreciable en la vida cotidiana (al andar no nos desplazamos hacia la derecha), pero es importante para los grandes movimientos de circulación atmosférica y oceánica.
Así, la tan extendida afirmación de que al quitar el tapón de un lavabo lleno el agua gira en su salida en sentido horario en el hemisferio Norte, y en el otro sentido en el hemisferio Sur, es falsa, pues el efecto de la fuerza de Coriolis es despreciable frente a la magnitud de las originales que generan el movimiento del agua al salir por el desagüe.