En la película el nombre de la rosa se refleja
como los altos mandos de la iglesia tenían el monopolio del conocimiento, pues
habían textos prohibidos para los monaguillos y curas, solo los obispos podían
tener acceso completo a los textos que producían una visión amplia de
conocimiento sobre el mundo. Entre los libros prohibidos se encontraban los
textos de filosofía, y aquellos que había escrito Aristóteles estaban entre esos
textos de filosofía, por ende estaban completamente prohibidos.